Autoras: Evelín Perdomo Sánchez y Alicia Ojeda González
Resumen
El objetivo de este estudio fue analizar procedimientos y fenómenos lingüísticos que intervienen en la formación del vocabulario especializado que se emplea en los artículos publicados en la revista Pastos y Forrajes. Para conformar la muestra se consultaron los volúmenes de 2003 a 2013, y el corpus léxico seleccionado se validó a partir del Diccionario de la Real Academia Española. En la muestra se hallaron: sinonimia (esqueje y estaca), polisemia y homonimia; terminologización (accesión) y banalización (piquera); préstamos del latín en nombres científicos de géneros y especies de animales (Bombyx mori, conocido comúnmente como gusano de seda), plantas (Jatropha curcas) y agentes patógenos; empleo de locuciones latinas (in vitro); derivación (alcalinidad, de alcalino); composición, con los elementos bio- (biomasa, biocombustible), agro- (agropecuario), fito- (fitogenético); lexicalizaciones, con diferentes estructuras (banco de proteína, abono verde); creación de siglas para referirse a indicadores (CIC, capacidad de intercambio catiónico; PV, peso vivo); entre otros. Se concluye que el léxico especializado de la rama agropecuaria conforma un vocabulario integrado por voces técnicas y expresiones provenientes de la lengua general o común, y constituye un subconjunto proclive a nuevas expresiones en esta área del conocimiento. Además, los numerosos tecnicismos propios facilitan la precisión y objetividad en la comunicación, y contribuyen a evitar la ambigüedad. Sin embargo, en este léxico la relación entre significado y significante no siempre es unívoca, ya que se establecen conexiones como consecuencia de los diversos procedimientos lingüísticos y el trasvase de palabras del ámbito profesional al común y viceversa; lo cual permite la incorporación de nuevas unidades léxicas en el vocabulario agropecuario.
Palabras clave: ciencias agropecuarias, léxico, procedimiento lingüístico, vocabulario especializado
Introducción
Una lengua de especialidad consta de muchos elementos que no le pertenecen exclusivamente. El lenguaje general y las lenguas de especialidad de las diferentes disciplinas constituyen conjuntos con grandes áreas de intersección. Hay expresiones que forman parte del lenguaje científico general, del conjunto de todos los medios lingüísticos comunes a las varias lenguas de especialidad. Así, existe efectivamente un estilo de especialidad que caracteriza a los varios tipos de textos científicos, independientemente de la disciplina de que se trate (Bargalló et al., 2001).
En este sentido, el vocabulario que se emplea en la rama agropecuaria –que incluye los pastos y forrajes– no constituye una excepción, ya que posee particularidades léxicas y semánticas, entre otras. El objetivo de este trabajo fue analizar algunos procedimientos lingüísticos que intervienen en la formación del vocabulario especializado que se utiliza en los artículos publicados en la revista Pastos y Forrajes, así como examinar fenómenos lingüísticos presentes en este.
Desarrollo
Aspectos metodológicos
La revista Pastos y Forrajes constituye el órgano oficial del Ministerio de Educación Superior para la rama agropecuaria, y es publicada por la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey –centro de investigación adscrito a la Universidad de Matanzas, sede Camilo Cienfuegos–. Para conformar la muestra se consultaron sus últimos 10 volúmenes (correspondientes a los años 2003-2013), con el propósito de constatar la existencia de una variedad terminológica y elegir palabras que aparecieran en los artículos. Una vez seleccionado el corpus léxico, se procedió a su validación a partir de las entradas en la versión digital (Enciclopedia Encarta) del Diccionario de la Real Academia (DRAE), 22a edición (2001).
La investigación tuvo un enfoque sincrónico, puesto que, al analizar el léxico utilizado por los investigadores y especialistas de esta rama en la actualidad, se consideró un momento dado de la existencia histórica de la lengua.
Definición de mecanismos de formación léxica y fenómenos lingüísticos
- Préstamo: elemento, generalmente léxico, que una lengua toma de otra.
- Calco: adopción del contenido semántico de una palabra o expresión extranjera, traduciendo su significado mediante unidades lingüísticas propias de la lengua de recepción.
- Derivación: formación de palabras por medio de afijos (ya sean prefijos, sufijos o interfijos).
- Composición: proceso morfológico que permite que dos o más palabras formen una tercera (palabra compuesta o compuesto).
- Creación: formación de vocablos a través de la imitación o recreación del sonido de la cosa o la acción nombrada (onomatopeya), así como la reducción de expresiones más extensas mediante las siglas y los acortamientos.
- Lexicalización: conversión de un elemento lingüístico, en particular un sintagma en sintaxis libre, en una unidad léxica.
- Metáfora: aplicación de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no denota literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y facilitar su comprensión.
- Metonimia: procedimiento que designa una cosa con el nombre de otra, a partir de las siguientes relaciones: causa a efecto, continente a contenido, lugar de procedencia a cosa que de allí procede, materia a objeto, entre otras.
- Sinonimia: figura que consiste en usar intencionadamente voces sinónimas o de significación semejante, para amplificar o reforzar la expresión de un concepto.
- Polisemia: variación semántica que se produce por extensión del significado mediante el proceso de analogía.
- Homonimia: relación interlexical que ocurre cuando dos palabras, coincidentes en el significante, son completamente distintas por su origen y significado.
Análisis de los resultados
En esta lengua especializada la sinonimia se manifiesta en las palabras esqueje y estaca; mientras que estaca se utiliza también en situaciones comunicativas de carácter popular. Es importante ajustarse al contexto, ya que no son intercambiables en cualquier situación.
Ejemplos: 1) Esta planta se propaga por semillas o por esquejes (v. 32, n.1); 2) Los tratamientos, en correspondencia con el número de nudos de los propágulos, fueron: T1: estacas con un nudo, T2: estacas con dos nudos (v. 36, n. 3).
El sustantivo corteza es un ejemplo de polisemia; corteza (del latín corticĕa, t. f. de
-ĕus) f. Anat. y Biol. Parte exterior y dura de ciertos frutos y algunos alimentos; p. ej., la del limón, el pan, el queso, etc. || 2. Anat. y Biol. Superficie de órganos animales o vegetales. Corteza renal. Corteza de los árboles. || 4. Exterioridad de una cosa no material.
Ejemplos: 1) Su corteza es verde amarillenta, pálida y casi lisa…(v. 31, n. 3); 2) La corteza del tronco es útil en la adsorción de metales pesados (v. 36, n. 2).
La homonimia se manifiesta en el sustantivo haz:
- El haz (del latín fascis). m. Porción atada de mieses, lino, hierbas, leña u otras cosas semejantes. || Conjunto de partículas o rayos luminosos de un mismo origen, que se propagan sin dispersión.
- El haz (del latín acĭes, fila, con la h de haz). m. Tropa ordenada o formada en trozos o divisiones.
- La haz (del latín facĭes, cara). f. Cara o rostro. || Bot. Cara superior de la hoja, normalmente más brillante y lisa, y con nervadura menos patente que en la cara inferior o envés.
Con este último significado es usada la palabra haz en la muestra analizada.
Ejemplo: Las hojas son de color verde claro y no presentan pelos en la haz, pero sí en el envés (v. 32, n. 3).
Por otra parte, Cabré (1993) y Gómez (2005) señalan que no hay una línea divisoria estricta entre término y palabra, ya que existe un continuo intercambio conceptual y terminológico entre los conjuntos de la lengua general y los lenguajes de especialidad. Este trasvase constante provoca la aparición de tres fenómenos: la terminologización (el traslado de unidades del léxico general al especializado), la banalización (el traslado de términos especializados al uso general) y la pluriterminologización (la entrada de unidades especializadas de un ámbito a otro), los cuales se originan a partir de motivaciones metafóricas o metonímicas.
Dos de estos fenómenos se pueden identificar, tanto en diacronía como en sincronía, en la palabra accesión (del latín accessĭo, -ōnis): 1) acción y efecto de acceder; 2) cosa o cosas accesorias; 3) coito; (terminologización) 4) Der. Modo de adquirir el dominio, según el cual el propietario de una cosa hace suyo, no solamente lo que ella produce, sino también lo que se le une o incorpora por obra de la naturaleza o por mano del hombre, o por ambos medios a la vez, siguiendo lo accesorio a lo principal; 5) Der. Cosa de este modo adquirida; (pluriterminologización) 6) Med. Cada uno de los ataques de las fiebres intermitentes durante los cuales se suceden, por lo regular, los tres estados de frío, calor y sudor.
Este término, aunque no aparezca definido en el DRAE con la marca Botánica, también se refiere a una muestra de planta (llámese especie, variedad, cultivar), raza o población mantenida en un banco de genes o en un programa de mejoramiento, para su conservación o utilización.
Ejemplo: Se investigó el comportamiento agronómico de la accesión B. humidicola CIAT-16866 (v. 34, n. 2).
Por otra parte, la banalización de un término ocurre en casos como piquera (de pico), el que se incluye en el DRAE con una marca geolectal: Cuba. 1) Agujero o puerta pequeña que se hace en las colmenas para que las abejas puedan entrar y salir[1]; (banalización) En Cuba, 8) punto ‘lugar público donde se sitúan los coches para alquilarlos’ y 9) lugar destinado al estacionamiento de los vehículos que prestan servicio a una institución, empresa u organismo.
Ejemplo: El meliponario se encuentra en el centro de una arboleda. Consta de seis colmenas –con sus respectivas piqueras–, en cajas de madera (40 cm de largo por 10 cm de ancho), del modelo PNN (v. 35, n.3).
En el vocabulario de especialidad objeto de estudio se consideran préstamos del latín las palabras usadas en los nombres científicos de géneros, especies y subespecies de animales (Bombyx mori, conocido comúnmente como gusano de seda), plantas (Jatropha curcas), agentes patógenos (Colletotrichum dematium) y otros; así como locuciones latinas en general (ex situ, in situ, in vitro, entre otras).
También constituyen préstamos los sustantivos nemátodo[2] (del francés nématodes, o del italiano nematodi, y estos del griego νηματώδης, filiforme) y cultivar (del inglés cultivar, plural cultivars), cuyo plural es cultivares, según las reglas ortográficas de los hispanohablantes. En el idioma español también existe un homónimo que pertenece a otra categoría de palabra: el infinitivo cultivar (dar a la tierra y a las plantas las labores necesarias para que fructifiquen).
Ejemplos: 1) Los estudios realizados en los diferentes sistemas silvopastoriles en el país permitieron identificar los géneros de nemátodos gastrointestinales (v. 30, no. especial); 2) El objetivo fue evaluar el comportamiento productivo de siete cultivares de soya –(Glycine max (L.) Merrill– (v. 36, n. 4).
En el caso del préstamo performance, para referirse al comportamiento de los bovinos (asociación metafórica), se ha difundido el calco semántico comportamiento, y el anglicismo se ha reservado para el contexto artístico.
Ejemplo: El comportamiento reproductivo puede evaluarse a través de indicadores, para los cuales se han desarrollado fórmulas que permiten caracterizar a cada uno de los componentes (v. 26, n. 1).
En lo referente a la derivación, se pudo constatar que en la caracterización de los suelos se utilizan vocablos femeninos que tienen en común el sufijo -dad (del latín
-tas, -ātis), el cual es uno de los más productivos para obtener sustantivos de cualidad a partir de adjetivos, como en ʹalcalinoʹ > alcalinidad, ʹsalinoʹ > salinidad, ʹfértilʹ > fertilidad y ʹplásticoʹ > plasticidad. De acuerdo con los presupuestos de la morfología sincrónica se consideran derivados en español, puesto que los hablantes los relacionan con los adjetivos correspondientes. Sin embargo, en el caso del neologismo sodicidad, el sustantivo derivado se asoció al sustantivo ʹsodioʹ (del latín científico sodium, y este del italiano soda, sosa, término acuñado en 1807 por H. Davy, 1778-1829 –químico y físico británico que lo descubrió–) y no a un adjetivo.
Ejemplos: 1) Se realizó un estudio del comportamiento de una colección en un suelo de mediana fertilidad (v. 32. n. 2); 2) Las áreas destinadas a la producción agrícola y ganadera han sido afectadas por: escasa retención de humedad (2,5 millones de hectáreas), por acidez y pedregosidad (1,6 millones de hectáreas) y por salinidad y/o sodicidad (1 millón de hectáreas) (v. 29, n. 4); 3) El género Tithonia se encuentra ampliamente distribuido en el área tropical de diferentes continentes, lo que le confiere una gran plasticidad ecológica (v. 32, n. 1).
Otro ejemplo es el sustantivo gasificador < ʹgasificarʹ, que se formó mediante el sufijo -dor / -dora (del latín -tor, -ōris). Este sufijo forma adjetivos y sustantivos verbales y señala el agente (persona, animal o cosa que realiza la acción del verbo).
En cuanto a la composición, se encontró que el elemento compositivo bio- (del griego βιο-, significa ‘vida’) forma varios sustantivos relacionados con la bioenergía
–también denominada agroenergía–, tales como: biomasa[3], biocombustible, biolubricante, bioetanol, biodiésel, biogás y biodigestor[4].
Ejemplos: 1). El biodigestor tubular plástico consiste en una especie de bolsa elongada de polietileno (v. 35, n. 2); 2) Las fuentes para producir agroenergía son diversas y en ellas se incluyen la digestión anaeróbica para la producción de biogás, la gasificación y la pirólisis de biomasa (v. 33, n. 3); 3) Existe una “primera generación” de biocombustibles, como el bioetanol y el biodiésel (v. 33, no. 3); 4) En Cuba, el biodiésel no se ha explotado comercialmente como combustible (v. 31,
n. 3).
En el caso de agro- (del latín ager, agri, campo), este se utiliza para concebir términos como: agropecuario (de agro- y pecuario), agrocombustible, agrodesarrollo, agroforestal, agrología (de agro- y -logía) y agrónomo, ma (del griego ἀγρονόμος) > agronomía > agronómico, ca. adj. Perteneciente o relativo a la agronomía. Asimismo, eco- (Del gr. οἰκο-) se combina con otros elementos y origina palabras como: ecosistema (de eco- y sistema) y ecología (de eco- y -logía), a las que se les agregó agro- para crear agroecosistema y agroecología.
Ejemplos: 1) Ecosistema o sistema ecológico define “una unidad básica de la naturaleza compuesta por un conjunto de organismos (v. 31, no. 4); 2) Los ecosistemas agrícolas o agroecosistemas son aquellos ecosistemas que se utilizan para la agricultura en formas parecidas (v. 31, n. 4); 3) Cuba, al igual que el resto de los países de Latinoamérica, requiere que en el sector agropecuario se desarrollen una agricultura y una ganadería rentables (v. 29, no. 4); 4) Con la aplicación de las técnicas agroforestales, las actividades agrícolas y ganaderas adquieren un carácter permanente (v. 34, n. 3).
Por otra parte, el elemento compositivo fito- (del griego φυτόν, significa ‘planta’ o ‘vegetal’) participa en la formación de los términos fitogenético (de fito- y genético), fitopatología (de fito- y patología), fitosanitario, ria (de fito- y sanitario) y fitotecnia (de fito- y -tecnia[5]).
Ejemplos: 1) Su efecto alelopático lo convierte en un cultivo que minimiza los gastos en las labores de limpieza y en la fitotecnia, respecto a otros (v. 33, n. 1); 2) Todo material que se obtenga, tanto por prospección nacional o foránea como por intercambio, constituye de hecho un recurso fitogenético que se conserva para su utilización (v. 32, n. 3).
Otros ejemplos de términos compuestos son: avifauna (de ave y fauna); escorrentía (de es- y correntío); caducifolio, ia (de caduco y folia, préstamo del latín folĭa); heterótrofo, fa (de hetero- y –trofo); porcicultura (del latín pōrcus, puerco, cerdo, y
-cultura); y quebracho (de quebrar y hacha), entre otros.
Ejemplos: 1) La condición de semibosque tropical que adquiere el sistema en explotación parece proveer a otras especies de un hábitat adecuado, al que afluyen numerosos representantes de la avifauna (v. 27, n. 2); 2) En Cuba se desarrollan 27 subprogramas, entre los cuales en la crianza animal se integran la producción avícola, la cunícola, la de ovinos y caprinos, la porcicultura (v. 29, n. 1); 3) La disminución en la disponibilidad de agua en el suelo de la pastura degradada significa que el ecosistema almacena menos precipitación respecto al bosque, y que existe una escorrentía subsuperficial hacia los arroyos en la época lluviosa (v. 29,
n. 4).
Con respecto a las creaciones, se identificaron varias siglas que se utilizan para referirse a indicadores que se miden: CIC (capacidad de intercambio catiónico), AGV (ácidos grasos volátiles), ED (energía digestible), DIV (digestibilidad in vitro), MO (materia orgánica), MS (materia seca), PV (peso vivo); expresiones estadísticas: EE (error estándar), ACP (análisis de componentes principales); organizaciones: MINAGRI (Ministerio de la Agricultura), UBPC (unidad básica de producción cooperativa), CPA (cooperativa de producción agropecuaria), entre otras.
En el análisis de las lexicalizaciones, estas se identificaron teniendo en cuenta sus estructuras:
- sustantivo núcleo + complemento preposicional (banco de proteína),
- sustantivo + adjetivo (cercas vivas, postes vivos, abono verde, cortina rompevientos),
- sustantivo + sustantivo (efecto invernadero, grupo control),
- adjetivo + adjetivo (pariente silvestre).
Ejemplos: 1) Las formas más estudiadas son: banco de proteína, asociación de árboles en toda el área de pastoreo y cercas vivas (v. 32, n. 4); 2) La moringa es un aporte útil para aumentar el uso de postes vivos en la ganadería (v. 33, n. 4); 3) Moringa oleifera es una planta que se puede emplear como cortina rompevientos, abono verde y para la producción de etanol y goma (v. 33, n. 4); 4) El grupo control solo consumió la dieta base y el pasto (v. 35 n. 1).
Además, en la investigación se pudo comprobar que los mecanismos no actúan de forma excluyente, sino que intervienen simultánea o sucesivamente en la admisión de un neologismo. Por ejemplo, el infinitivo abonar (del latín bonus, bueno) tiene como tercera acepción: ‘hacer bueno o útil algo, mejorarlo de condición o estado’; por extensión, significa ‘echar en la tierra laborable materias que aumenten su fertilidad’; en este caso se estableció una relación metafórica por analogía. El sustantivo abono (7. ‘sustancia con que se abona la tierra’) quizá surgió a partir del verbo, mediante una asociación metonímica por contigüidad.
Ejemplo: Si se utiliza abono de la fórmula 10-30-10, se deben aplicar 184 kg de fertilizante por hectárea en el momento de la siembra (v. 33, n. 1).
Asimismo, el adjetivo acicular (del latín acicŭla, aguja pequeña) –de forma de aguja pequeña. || 2. Geol. Dicho de la textura de algunos minerales: Que se presenta en fibras delgadas como agujas– remite a otra entrada del DRAE en la que se establece una relación de analogía, para caracterizar la hoja acicular (Bot. La linear, puntiaguda y por lo común persistente).
Conclusiones
El léxico especializado de la rama agropecuaria conforma un vocabulario integrado por voces técnicas y expresiones provenientes de la lengua general o común, y constituye un subconjunto no estancado, proclive a nuevas expresiones en diversas áreas del conocimiento. Además, posee numerosos tecnicismos propios de esta disciplina que otorgan precisión y objetividad, en aras de evitar la ambigüedad en la comunicación. Sin embargo, en este léxico de especialidad, la relación entre el significado y el significante no siempre es unívoca, ya que se establecen conexiones de sinonimia, homonimia y polisemia, como consecuencia de los diversos procedimientos lingüísticos y el trasvase de palabras del ámbito profesional al común y viceversa.
A partir de la muestra seleccionada, se analizaron algunos mecanismos lingüísticos que permiten la admisión e incorporación de nuevas unidades léxicas en el vocabulario agropecuario. De dichos mecanismos, la derivación, la composición y la creación fueron los más utilizados para tales fines.
Referencias bibliográficas
Bargalló, M.; Forgas, E.; Garriga, C.; Rubio, A. & Schnitzer, J. (2001): Las lenguas de especialidad y su didáctica. Universitat Rovira i Virgili, Tarragona.
Cabré, M. T. (1993): La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones. Editorial Antártida / Empuries, Barcelona.
Carreter, L. (1953): Diccionario de términos filológicos. Editorial Gredos, Madrid.
Edo, N. (2012): “Lexicografía especializada y lenguajes de especialidad: fundamentos teóricos y metodológicos para la elaboración de diccionarios especializados”, en Lingüística, nro. 27. Montevideo, pp. 98-114.
EEPF Indio Hatuey. (2003-2013): Revista Pastos y Forrajes, Editorial Vol. 26-36.
Giraldo, J. J. (2008): Análisis y descripción de las siglas en el discurso especializado de genoma humano y medio ambiente. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor. Universidad Pompeu Fabra.
Gómez, A. (2005): Terminografía, lenguajes profesionales y mediación lingüística. Aplicación metodológica al léxico especializado del sector industrial del calzado y de las industrias afines. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor. Departamento de Filología Inglesa, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alicante.
Martínez, A. B. (2008): La traducción editorial de manuales especializados dentro del ámbito biosanitario: aplicaciones a la enseñanza y a la práctica profesional de la traducción médica del inglés al español. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor. Departamento de Lingüística General y Teoría de la Literatura, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada.
Real Academia Española (2010): Nueva gramática de la lengua española. Manual. Espasa Libros, Madrid.
Ullmann, S. (1967): Semántica. Introducción a la ciencia del significado. Editorial Aguilar, Madrid.
[1]La utilización de los términos relacionados con la meliponicultura es reciente.
[2]En la norma de España no se acentúa, mientras que en la cubana se escribe con tilde.
[3] De todos los términos que presentan el elemento compositivo bio-, solo biomasa aparece en el DRAE.
[4] Estos términos surgen a la par de una nueva línea investigativa a nivel mundial: el uso de la energía a partir de la biomasa.
[5] -tecnia (del griego τέχνη, y ‒́ia) elemento compositivo. Significa ‘técnica’.